El Sales Coaching: un instrumento para incrementar las ventas.

Berenice Narvaez Sales coaching New Retail ExperienceEn el contexto comercial, utilizar herramientas como el coaching para incrementar la motivación y el nivel de compromiso de los vendedores es importante ya que de esta manera, las probabilidades de alcanzar los objetivos son más altas.
Según un estudio publicado por Salesforce, la aplicación del sales coaching se traduce en un incremento promedio del facturado del 17%.
En retail, por ejemplo, los parámetros con mayor impacto en el facturado son: el converting rate, el precio medio por ticket y el número de artículos vendidos por ticket. Los mismos se pueden adaptar a un ambiente B2B y en ambos casos, la combinación ponderada de estos indicadores nos permite mejorar la calidad de la venta.
Gracias al sales coaching se estimula al vendedor para que deje de ser reactivo y pase a ser proactivo, es decir que sepa instaurar un diálogo, manejar objeciones, detectar necesidades y motivaciones del cliente y proponer soluciones adecuadas, consiguiendo así cerrar más ventas.
Sin embargo, para lograr esta transformación es crucial establecer una comunicación entre los vendedores y la persona que los lidera, significa dedicarles tiempo, programar momentos de encuentro, planificar acciones para alcanzar objetivos comunes y construir un vínculo basado en la confianza.
Las metas del sales coaching – más allá de incrementar las ventas – son las de conseguir que cada vendedor se responsabilice y se comprometa con la empresa ya que tiene un impacto a nivel de satisfacción del cliente y de fidelización del mismo.
Numerosos estudios confirman esta relación, es así que happy.co.uk evidencia como el nivel de compromiso influye en el nivel de satisfacción del cliente. Empresas con vendedores comprometidos alcanzan un nivel de satisfacción del cliente equivalente al 70% mientras que en aquellas con empleados que no se sienten involucrados, el nivel de satisfacción llega al 17%.
Según el Customer Experience Impact Report 2011 publicado por RightNow, el 89% de los clientes cambian de proveedor porque no están satisfechos con el servicio al cliente.
La realización de los objetivos y el compromiso con los diferentes actores no se obtienen con un aumento de sueldo o de manera automática, son actitudes que se alcanzan gracias al sales coaching y que en la mayoría de casos no requieren una inversión alta más bien necesita “simplemente” un cambio en la manera de trabajar y de guiar a los colaboradores.

Artículo publicado en Revista Ekos - Marzo 2016.

Un, dos, tres… cuando en la venta somos tres!

123 cuando en la venta somos tres Berenice Narvaez

En el amor el tres puede ser el tercero incómodo o el número perfecto… pero y en el retail?
¿Qué pasa cuando un cliente viene acompañado?…. cuando llega con una persona que en la mayoría de ocasiones ni siquiera tomamos en cuenta y que sin embargo podría ser nuestra aliada o nuestra peor enemiga?
Nunca les ha pasado que mientras están convenciendo al cliente y que ya está casi por decidirse y de pronto, esa o ese acompañante sólo lanza una mirada de desaprobación o simplemente dice “NO” y en menos de 5 segundos nuestros esfuerzos quedaron definitivamente anulados… y no hay nada que hacer para salvar la venta porque involucrar al tercero a esas alturas es demasiado tarde…

Pero ¿porqué mejor no convertirlo en nuestro aliado desde el principio y tal vez en un cliente adicional?
Usemos nuestra imaginación, nuestra experiencia y pensemos a los posibles “terceros” que podemos encontrar durante una venta.
Una vez identificados, prepararemos una pequeña estrategia o técnica de venta para que actúen a nuestro favor.
La novia difícil: nada le gusta, ella es la que decide y además está celosa porque la vendedora es sonriente y bonita….
El marido resignado: lo que tú quieras, todo te queda bien, tú eres la que decide…
La amiga entusiasta: si hermoso te queda súper bien, me parece una excelente compra…
El novio que quiere deslumbrar: esto es para ti, lo menos que te mereces….
La mujer apurada: está con el coche de las compras y quiere llegar rápido a casa para que no se descongele lo que acaba de comprar…
Los niños: están cansados, quieren comer, no les interesa la conversación entre adultos, quieren jugar….
La amiga curiosa: te acompaño, hace tiempo que no salgo de compras…
La mascota: juguetona.
Estos son sólo algunos de los personajes que podemos encontrar….

Y ahora, manos a la obra, a pensar en algo que haga que esta persona esté de nuestra parte…
Antes que nada detectar con preguntas o estudiando los gestos del acompañante en que categoría podría entrar….
Independientemente de quien sea, hay un punto común para cualquiera de estas situaciones: NO IGNORAR A LA PERSONA E INVOLUCRARLA!!!

Lo importante es identificar de que manera incluirla en la venta…
Puede ser un simple gesto como un contacto visual, una mirada cómplice.
Otro modo de acercarnos a esta persona es dialogando, haciendo preguntas, pidiendo su opinión, presentando beneficios para ella misma…

Pero también tenemos a disposición otros elementos como por ejemplo: zonas dedicadas en el punto de venta.
La más común y frecuente es el área para que jueguen los niños.
Pero que tal si ¿ofreciéramos al acompañante cansado un vaso de agua o lo invitáramos a acomodarse en una zona confortable donde pueda esperar?
¿Que al marido que está pensado en el partido de fútbol le dijéramos cual es el resultado?
¿Que a la señora que entró con las compras y que está acompañando a su hijo que se entusiasmó con un juego de la vitrina, le propusiéramos un lugar para que deje las compras y pueda dedicar tranquilamente toda la atención a su niño?

Una vez roto el hielo con el tercero, empieza la venta… una venta a varios niveles: para el cliente interesado y para el acompañante. Se trata de detectar las necesidades del uno y del otro simultáneamente y proponer soluciones a ambos….
No siempre será posible hacer esto, pero lo importante es:

  • no excluir esta posibilidad a priori y tener claro que el cliente no es uno… son dos.
  • estar conscientes de que el argumento de venta quizá no tenga que salir de nuestra boca pero debamos conseguir que salga de la boca del acompañante….
  • identificar rápidamente y desde el inicio quien decide, si el cliente o el acompañante.

Otra opción es gratificar al acompañante al final de la venta.
¿De qué manera?
Se le podría agradecer por su compañía, ofrecer una muestra para algún producto que le interese, aplicar un descuento o dar un regalo simbólico cuando las dos personas compran algo al mismo tiempo y que inicialmente no estaba previsto….

ATENCIÓN esto el cliente lo debe descubrir sólo al momento de pagar… para generar un efecto sorpresa…. en este tipo de situación no se trata de proponer un combo.

Actuando de esta manera lo que hemos conseguido también es generar una experiencia cliente!!! Sí, así es!!! Involucrando al “tercero” tenemos la oportunidad de sorprender, de hacer que  esta persona se sienta bien sólo por entrar acompañando a alguien… estamos además fidelizando… y todo esto a costo cero… simplemente cambiando nuestra técnica de venta…

¿Entonces?…. ¿El “tercero” en retail es un incómodo o un número perfecto?

Publicado en America Retail en Septiembre 2015.

¿El precio es realmente el criterio más importante?

Berenice Narvaez New Retail Experience precios

El precio…. parece ser la pesadilla de vendedores y clientes… llega a ser considerado como el único parámetro para realizar una venta o para decidir hacer una compra, dependiendo del punto de vista que adoptemos: vendedor o cliente.

Pero ¿es realmente así?
Comencemos esta reflexión – sobre la importancia del monto a pagar – confirmando que es un hecho innegable que cada cliente o la mayoría de ellos tiene más o menos establecido un presupuesto de gasto.

Pero consideremos también que los criterios de compra pueden ser de dos clases: racionales o emocionales. Si bien es cierto que la importancia de estos elementos puede variar en función de si estamos en un ambiente B2B o B2C y dependiendo del tipo de producto que se desee comprar, la decisión se basa hasta en un 70% en el aspecto emocional es decir en lo que siente en ese momento el cliente potencial.

Para relativizar la importancia del precio y romper barreras o creencias demasiado ancladas hagámonos algunas preguntas:
¿Porqué no compramos el celular más económico?
¿Porqué las mujeres no compramos los vestidos más baratos?
¿Porqué no nos conformamos con una televisión básica?
En nuestro día a día, ¿escogemos siempre el producto con el precio más bajo?
Muy probablemente no…
Entonces ¿porqué los otros clientes deberían ser diferentes y basar su elección sólo y exclusivamente en el precio?

A partir de este momento, identifiquemos otros elementos que influyan en la decisión de compra, descubramos el VALOR AÑADIDO que podemos ofrecer para que el cliente escoja nuestro producto.
Cuando hablamos de valor añadido pensemos a la gama de BENEFICIOS que podemos proponer a nuestros compradores.
Para identificarlos respondamos a estas dos preguntas:
¿SI YO FUERA EL CLIENTE, porqué compraría este producto y no el de la competencia?
¿Yo como cliente, qué beneficios espero obtener con la compra de este producto?

Pensemos en QUIENES SON NUESTROS CLIENTES, no los consideremos todos iguales, sus necesidades, sus problemas a resolver, sus motivaciones, sus valores son DIFERENTES!!!
Si conocemos a nuestros clientes podremos escoger de nuestra gama de beneficios aquellos que se adapten mejor a cada situación y a cada persona.
Al iniciar una venta, primero identifiquemos a nuestro comprador, no propongamos inmediatamente el producto.
Preguntemos y escuchemos para saber qué es lo que está tratando de solucionar, cuáles son los factores que está tomando en cuenta para optar por una solución u otra, quienes son las personas que deciden, cuáles son sus temores, que ventajas quisiera obtener…
Una vez que hayamos identificado esto y presentemos nuestros beneficios, seamos aún más exigentes con nosotros mismos y demostremos o respaldemos de manera concreta lo que estamos prometiendo al cliente.
Por ejemplo: si decimos a nuestro cliente: “nuestros productos son de la mejor calidad” ¿Será suficiente? ¿Qué quiere decir mejor calidad? Esto lo pueden decir todos los competidores, pocos serán los que puedan demostrarlo… ahí está el secreto! Al construir e identificar nuestros argumentos de venta debemos ser PRECISOS y ESPECIFICOS: “nuestros productos son de la mejor calidad porque siguen estos procesos……, porque la materia prima se trabaja de esta manera……, porque de los estudios realizados con empresas externas nos han confirmado que el tiempo de utilización de nuestros productos es superior de un x% respecto a los de la competencia……”

UN DETALLE MÁS: al momento de explicar las características y las ventajas utilicemos palabras y conceptos que sean “entendibles” para el cliente, que sean concretos.
Lo que nosotros estamos haciendo al momento de argumentar la elección de un producto, no es repetir mecánicamente un texto, es eliminar las dudas que el cliente pueda tener y para eso debemos adaptarnos a su propia realidad.
Mientras estemos con él, preguntemos y tratemos de saber si existe alguna duda, algún punto que no esté claro… ESCUCHEMOS SUS OBJECIONES.
Las observaciones que nos haga no son una excusa para no comprar y liberarse de nosotros, manifiestan una duda y un interés al mismo tiempo.
Preparemos con antelación las respuesta a las diferentes objeciones, en la mayoría de los casos son similares de un cliente a otro.
Es importante responder de manera eficaz a estas preguntas porque es un momento crucial de la venta.
A este punto, llega para nosotros la “prueba del nueve”… si al preparar la lista de objeciones la única que tenemos es la del precio es porque nosotros estamos contando a nuestros clientes sólo precio y nada más!

Con esto no se quiere decir que los clientes que basan su elección en el precio no existen, se trata de tener claro en la mente que las personas que deciden por precio no son el 100% de los clientes, que no aplican este criterio de elección para todos los productos y que nosotros debemos estar preparados para argumentar nuestras ventas ofreciendo características concretas basadas en datos reales y objetivos, proponiendo soluciones a las necesidades del cliente, evidenciando los beneficios que puede obtener y ofreciendo servicios adicionales que puedan completar la experiencia de compra.

Sólo así podremos salir de una guerra de precios que a medio y largo plazo puede ser muy negativa y que además no permite fidelizar al cliente.
Si un cliente nos escoge únicamente por el precio más bajo, mañana llegará la competencia a un precio inferior (la diferencia podría ser sólo de centavos) y habremos perdido al cliente.

Entonces… ¿listos para vender sin ser esclavos del precio?

Artículo publicado en America Retail el 15 de Julio 2015.