Cuando la ciencia ayuda a motivar a los vendedores.

Berenice Narvaez New Retail Experience Neurociencia cliente interno

Artículos sobre las aplicaciones de la neurociencia en el mundo del retail son un clásico.
Se habla frecuentemente acerca de cómo usar esta ciencia para estimular y favorecer las ventas y sobretodo se evidencia cómo utilizarla par influenciar las motivaciones de compra del cliente.

Pero ¿cómo se aplican hoy en día estos conocimientos para incentivar y motivar al cliente interno?
¿Cómo usamos esta ciencia para conseguir que los vendedores se sientan felices de venir a trabajar cada día?

Se me ocurren al menos tres ámbitos en los que podemos utilizar la neurociencia para mejorar la experiencia de los colaboradores, motivarlos y obtener resultados a nivel comercial.

El primero, es un ámbito muy práctico y es el de los sentidos.
¿Hemos pensado alguna vez en las sensaciones que pueden generar los uniformes y en las reacciones que se desencadenan en el cerebro de quienes los están usando?
¿Cuáles son los efectos que puede producir el tipo de tela utilizado o la manera en que luce ese traje sobre la persona que lo está usando?
¿Qué diferencias podría generar a nivel de comportamiento y de resultados de un vendedor, el hecho de que él se diga cada día “ahora tengo que vestirme con el uniforme de la empresa”?
¿Qué impacto tendría sobre los vendedores el hecho de poder escoger el color del uniforme? Un color que vaya bien con su personalidad y que al mismo tiempo respete la imagen de la marca.
Poniéndonos en el lugar del vendedor, ¿cómo nos sentiríamos si tuviéramos que vestirnos de verde todos los días y que ese color no nos gustara o que nos sintiéramos “feos” con ese uniforme?….

Materiales, colores y como nos vemos con algo provocan sensaciones que influyen en  nuestro estado de ánimo, en nuestras acciones y de consecuencia en los resultados.
Lo confirman algunos estudios entre los cuales podemos mencionar el de Adam D. Galinsky profesor de la Kellogg School of Management de la universidad de Northwestern (USA).

El segundo ámbito que podemos tomar en cuenta es el de las business community que gracias a la tecnología, favorecen el intercambio de experiencias, facilitan la difusión de conocimientos e intensifican el sentimiento de hacer parte de un grupo.
El reconocimiento público al interior de una business community, que puede ser por ejemplo las felicitaciones a un vendedor por los resultados obtenidos, facilita la producción de seratonina, un neurotransmitidor, que hace que estemos de buen humor y  que nos sintamos bien.
Gracias a las dinámicas que se producen en un grupo, podemos generar sentimientos de reconocimiento, de identidad, de pertenencia que provocan reacciones en el cerebro que son favorables al momento de vender.

El tercer nivel sobre el cual me gustaría reflexionar, es el del coaching y en modo específico el del sales coaching, un instrumento útil para incrementar la motivación de los vendedores y que podemos potenciar si tomamos en cuenta algunos  de los principios identificados por la neurociencia.
De manera concreta, podemos citar la dopamina, un neurotransmitidor, que despierta las ganas de hacer y de alcanzar un objetivo.
Nuestro organismo genera esta substancia cuando nos damos cuenta que haciendo algunas cosas, podemos conseguir una recompensa que para nosotros tiene un gran valor.
El sales coaching permite activar este mecanismo, porque con cada vendedor se establece el objetivo que para él tiene importancia y que puede ser: el incremento de su nivel profesional en el grupo (en la business community), una recompensa económica que le permitirá realizar otro sueño o conseguir el reconocimiento por  la estrategia que planteó para realizar más ventas…. el objetivo en sí depende de cada persona y de lo que busca.

Lo importante es que logremos desencadenar el mecanismo de producción de dopamina para que le vendedor sea proactivo, dinámico y que tenga ganas de hacer…
Y la ventaja de este proceso es que es “contagioso”, si en una business community hay personas motivadas – en este caso vendedores – los otros miembros del grupo van a estar más predispuestos a la acción y a la obtención de sus objetivos.

Los campos de aplicación de la neurociencia en el mundo del retail son muchos y los que hemos mencionado ahora son sólo una pequeña parte.
Lo esencial es comenzar a utilizarla para potenciar los resultados de las acciones que emprendemos!

Publicado en America Retail - Enero 2016

7 Malas Ventas que no se pueden perdonar… 2ª parte.

7 malas ventas berenice Narvaez New Retail Experience.001-001

La semana pasada vimos tres casos de Malas Ventas, hoy les propongo otras cuatro situaciones….

4. Reciclar los productos devueltos.
En calidad de cliente, poder cambiar un objeto que hemos comprado, es un buen punto… pero atención…  si por un lado el cliente está contento por tener esta opción, no arruinemos esta oportunidad!!!

¿A qué me refiero?
Si el cliente cambia un objeto porque tiene un defecto de fabricación, no cometamos el error de ponerlo a la venta inmediatamente… y peor delante del cliente que está efectuando el cambio!

Si se trata de un cambio por algún otro motivo, podemos hacerlo, pero digamos al cliente que antes de ponerlo nuevamente en venta se hará un control, se le dará un embalaje nuevo, una limpieza.. de esta manera daremos mucho más valor a nuestro gesto comercial. (No se trata sólo decirlo pero de hacerlo también…)

Parecerá broma, pero esto sucedió en un bar…
Gracias Señor por el Whisky… el cliente comienza a berlo y le parece demasiado fuerte.
Señor está muy fuerte ¿me puede poner un poco más de agua?
Sí, no hay problema….
En ese momento el camarero versa parte del contenido del vaso del cliente en otra copa, agrega el agua y el cliente está satisfecho…. lo que no estuvo bien es que el contenido sobrante lo guardó y lo reutilizó para otro cliente.. opsss!!

5. Cobrar las comisiones bancarias por pago con tarjeta.
Las comisiones bancarias deben ser invisibles para el cliente… se puede tomar en cuenta este costo durante la elaboración del precio de venta, ponderando su peso en función del porcentaje de personas que pagan con tarjeta, con cheque o en efectivo.
Pero penalizar al cliente subiendo el precio cuando este comunica que pagará con tarjeta, si bien es común en algunos lugares.. no es lo mejor del punto de vista de experiencia de compra del cliente.
Y peor cuando el vendedor justifica este incremento como si fuera el IVA.
¡El IVA se paga independientemente del modo de pago!!!

Si de todas maneras se decide mantener esta política de precios, al menos informemos bien a los vendedores sobre las respuestas que dan… que no respondan cualquier cosa.
¿Cómo podrán mantener su credibilidad si responden de esta manera?
En la posición del cliente, ¿confiarían en una persona que responde así?
¿Le pedirían un consejo sobre el producto que buscan?

6. Encarecer un producto con costos adicionales.
Una de las técnicas de venta más utilizadas es partir del producto o servicio básico con un precio interesante y después conseguir aumentar el importe de la venta incluyendo accesorios, ofreciendo opciones sobre los materiales utilizados e incrementando los niveles de servicio.
Esto permite:
– llamar la atención del cliente gracias a un producto básico que puede utilizar pagando un precio interesante.
– incorporar productos adicionales a medida que se identifican las necesidades y la motivaciones del cliente.
Y esto funciona.

Lo que no funciona es comunicar el precio básico… y cuando el cliente está por pagar descubre que tiene que incluir el IVA.
El IVA también es dinero.. y si bien es cierto que en el ambiente B2B no se evidencia este aspecto, en el ambiente B2C es necesario hacerlo porque el consumidor final paga el precio completo. Es muy probable que no recupere este impuesto.
Pero puede ser peor todavía…. puede ocurrir por ejemplo, que una persona compre algo y después  de haber pagado, le digan: “si quiere que funcione tiene que comprar este producto adicional.”
El resultado es que el precio real del objeto aumenta y difícilmente el cliente se negará a comprar el producto adicional porque ya hizo la inversión inicial.
Pero este cliente se sentirá seguramente engañado...
Es posible que no tenga otra opción que la de comprar los productos adicionales pero seguramente es una política corto plazista porque ese cliente no regresará y no recomendará ese producto o ese punto de venta.

Hace unos días, me inscribí a un curso de fotografía. Dedicar mi tiempo libre a esta actividad me daba ilusión y además el curso tenía una buena reputación.
Costo del curso: 460$. Cuando me acerco a la caja para pagar me dicen: “515$, es el precio con IVA”
Pagado y facturado me dicen: “para poder seguir este curso tiene que comprar este libro: 15$”
A la primera lección nos dicen: “ahhh pero para poder trabajar con las fotos y hacer los trabajos que pedimos necesitan estos dos programas en su computadora.”  Sumo 10$ más…
Y después, siempre durante el curso, nos dicen: “cada semana tendrán que imprimir las fotos que son los trabajos que les enviará cada profesor. El costo total de las impresiones es de 160$”.  Y yo sumo…
Por cómo está organizado, no hay la opción de no pagar los productos adicionales…entonces la realidad es que el curso no cuesta 460$ sino 700$….
Es probable que frecuente el curso hasta el final, el reembolso me costaría 140$, pero la ilusión que tenía, la experiencia que estaba buscando desapareció….
¿Cómo cliente, en una situación de este tipo, recomendarían el curso?
¿Decidirían después tomar y pagar el nivel avanzado o irían a buscar otra alternativa?

7. No mantener las promesas de venta.
Conseguir cerrar la venta prometiendo cosas que el cliente pide: tiempos, horarios y condiciones de entrega, es positivo.
Para eso están estos instrumentos.
Lo que no funciona es prometer, cerrar la venta y no cumplir…

Y de nuevo les hago estas preguntas:
¿Cómo se sentirían en el lugar del cliente si les ofrecen una fecha de entrega que al final no se respeta?
¿Qué comentarían con sus compañeros y familiares? ¿Lo bueno del producto, lo malo del servicio o las complicaciones que esto ha generado?

Errores se pueden cometer muchos… pero cada vez que hablemos con un cliente, cada vez que tengamos una duda sobre cómo actuar, pensemos:
¿Si yo fuera el cliente, cómo me gustaría ser atendido?

7 Malas Ventas que no se pueden perdonar… 1ª parte.

7 malas ventas berenice Narvaez New Retail Experience.001-001En el mundo de las ventas es muy fácil cometer errores “sin querer” pero que pueden ser muy nocivos y graves desde el punto de vista del cliente.
¿Porqué digo “sin querer”?
Porque la  mayor parte de los clientes no va a interpretar una situación que lo perjudica o que disminuye la satisfacción de sus necesidades o que afecta el lado económico de su compra, como algo que se hizo “sin querer”.
Va automáticamente a pensar que es una estafa, una “tomadura de pelo”, que es poco transparente… en sustancia va a sentirse engañado y perderá la confianza.
Esto es fatal para cualquier actividad comercial porque además de perder al cliente, habremos ganado la mejor publicidad negativa…

Inútil detenernos sobre esta cifras ya conocidas:
– Cuesta 5 veces más conquistar un cliente nuevo que mantener uno existente.
– Un cliente satisfecho lo cuenta a dos personas uno insatisfecho a 10… y más aún ahora con las redes sociales! (fuente: www.marketing-professionnel.fr)

Veamos entonces estos 7 casos de malas ventas y algunos ejemplos de situaciones reales.
1. Aumentar un precio al momento de pagar.
Si un vendedor comunica un precio al cliente y a un cierto punto durante la venta – por lo general es cuando uno paga – resulta que el precio no es el correcto, es responsabilidad del vendedor.
De cara al cliente hay que mantener el precio que se le comunicó inicialmente.
Internamente: ver cómo mejorar la comunicación de los precios para evitar estos errores.

Esto pasó en una peluquería:
Buenas tardes… quisiera lavarme y cepillarme el pelo. ¿Es posible?
Sí sí no hay ningún problema, a ver déjeme verle..
OK y ¿cuánto va a costar?
9 USD
¿Es el precio final todo incluido?
Sí.
Al momento de pagar, la cajera pide 10$…
¡Cómo, su compañera me dijo 9$ !
No no. No es así mi compañera se equivocó.  Son 10$.

La diferencia de precio no es gran cosa, pero la sensación de “ser estafado” ya se apropió del cliente…
Para corregir este error habrá que invertir mucho más… siempre y cuando el cliente decida confiar de nuevo en estos vendedores…
¿Qué harían en el lugar del cliente? ¿Cómo se sentirían?

2. Dar al cliente un producto que no es lo que pidió.
Una vez que confirmamos con el cliente cuál es el producto que desea, ése es el que tenemos que entregar.
¿Qué pasa si al momento de ir a buscar ese artículo nos damos cuenta de que no lo tenemos?
Seamos transparentes.  Hablemos con nuestro cliente y presentemos una solución.
No tratemos de esconder ese problema entregando un producto diferente.
Es muy probable que el cliente se de cuenta.. y esto no le va a gustar, sobretodo si el precio aumenta respecto a lo que escogió.

Esto es lo que pasó en un restaurante…
¿Me da la carta de vinos por favor?... Los vinos indicados varían de 22$ a 90$.
Me da esta botella por favor (una de 32$).
Debía hacer una elección basada en una buena relación calidad/precio.
No, esa ya no tenemos…
Me da ésta entonces (otra de 32$)
No, tampoco tenemos esa…
Me dice entonces que botellas de 32$ le quedan?
Esta.
OK entonces una de estas.
Al recibir la botella, el cliente verifica el viñedo y el productor… era la información que había memorizado.
Al momento de probar, le parece un óptimo vino, cosa que le sorprende un poco respecto al precio.
Cuando quiso ordenar la segunda botella, pidió confirmación para ver que sea efectivamente la botella de 32$ que pidió……
No.. le traje otra porque no teníamos esa….
Y ¿cuánto cuesta la que trajo?…
– 75 USD
– ¿Cómo se permite hacer un cambio de este tipo? ¿Cuánto va a cobrar por la botella?
– 75$ yo no puedo cambiar los precios.
Horror!!!! Error inaceptable…..
¿Qué es lo que pasó?
Del punto de vista del vendedor puede haber sido un error…
Del punto de vista del cliente, el vendedor pensó que el grupo no se daría cuenta y aprovechó de la situación  sirviendo una botella más cara…
¿Cómo se sentirían en el lugar del cliente?
¿Cuál sería su reacción como cliente?

3. Dar una cantidad inferior a la indicada.
Como vendedores, verificamos siempre que el cambio que damos a los clientes sea correcto ¿verdad?
Pues bien, como vendedores debemos también verificar que las cantidades que damos correspondan a las que indicamos.
Es una de las responsabilidades que tenemos cuando trabajamos en un Punto de Venta y es uno de los aspectos que diferencia un vendedor de un despachador.
¿Qué pasa, si en una farmacia – donde el factor confianza es importante porque se venden medicinas – me doy cuenta, como cliente, que me están dando menos pastillas de las indicadas en la caja?
Como cliente pienso:
– Primero: ¡no es posible que uno tenga que controlar todo!
– Segundo: ¡qué deshonestos, para ganarse unos “dolaritos” entregan una cantidad inferior!
– Tercero: ¡son unos estafadores!
Pero la situación no se acaba ahí.
Al indicar al vendedor que faltan pastillas, él lo que hace es sacar las faltantes de otra caja expuesta que después volvió a colocar en su lugar!!
Triste decirlo, pero el próximo cliente será el afectado….

Y de nuevo pregunto: ¿Cómo se sentirían en el lugar del cliente?

En los próximos días, veremos las 4 malas ventas faltantes.. ¡buena lectura!

 Artículo publicado en America Retail en Octubre 2014.

¿Podemos considerar un proveedor como un cliente?

Proveedor cliente new retail experience berenice narvaez

La primera respuesta que nos puede venir en mente es: un cliente nos compra… un proveedor nos vende…. pero si tomamos en cuenta algunos aspectos veremos que proveedor y cliente comparten algunos de los elementos que nos caracterizan como empresa.

Nuestros valores: como empresa decimos que somos transparentes, honestos,eficaces…. esto vale seguramente para los clientes.
Y ¿para los proveedores? ¿los valores cambian, no existen, se ignoran?…..
¿Cómo podemos, como empresa, ser coherentes si con unos nos comportamos de una manera y con otros lo hacemos de modo diferente?

Nuestros embajadores: todas las personas que entran en contacto con la empresa son nuestro embajadores, los que primero nos vienen en mente son los clientes, después puede ser que pensemos a las personas que trabajan en la empresa pero y ¿qué pasa con los proveedores?
¿Acaso ellos no pueden comentar su experiencia? ¿No es importante ser reconocidos como empresa “seria” también por parte de esta categoría?
Ellos evidentemente hablan, cuentan las experiencias, dicen “este cliente es bueno, malo”… “son clientes serios, no lo son”…  y regresamos de nuevo al punto de la coherencia

Un potencial comprador: si somos una empresa que trabaja en la distribución, en la venta de productos y servicios podría ser que nuestro proveedor o potencial proveedor sea o se convierta también en un cliente.
¿Qué credibilidad podremos tener si como proveedor lo tratamos de una manera y como cliente de otra?
Este proveedor no sólo comentará su experiencia negativa o positiva con las personas que se encuentren a su alrededor…. pero además gozará de más credibilidad respecto a un cliente “común” .
¿Porqué? Porque puede decir que nos conoce desde adentro….

El tiempo: un proveedor nos dedica tiempo: para venir y escuchar que necesitamos, para preparar una propuesta, para presentarla… el tiempo es oro y tiene su valor. Seguramente, lo podemos considerar como una inversión que hace el proveedor sobre nosotros en calidad de cliente futuro… pero esto debe ser reconocido y apreciado… eso sí, de maneras diferentes.
No es lo mismo un proveedor que envía una oferta standard que uno que personaliza sus productos y servicios en función de nuestras necesidades… y esto debe ser valorado… no se trata de pagar por ello pero si de ser conscientes de esta inversión y de tener un comportamiento adecuado.
Cuando entra un cliente, le dedicamos nuestra atención para no hacerle  perder tiempo y porque valoramos su disponibilidad.
¿Porqué debería ser diferente con el tiempo de un proveedor?

El feedback (en el caso de los clientes se podría identificar como la fase de seguimiento) Dar un feedback no quiere decir que se aceptará la oferta propuesta por el suministrador de bienes y servicios pero si es dar un seguimiento.. exactamente como se hace con los clientes.
Recibir un feedback del cliente para saber qué le gustó, qué no, porqué compró o porqué no, es un elemento enriquecedor para la empresa, pues de  igual manera lo es para un proveedor.
“Compensar o pagar” el tiempo que nos ha dedicado para preparar una propuesta puede ser darle un feedback.. si lo ayudamos a que mejore sus ofertas estaremos participando a la creación de un conjunto de “buenos” proveedores entre los cuales elegir en esta ocasión o en futuro….

La negociación: cuando un cliente quiere comprar es probable que haya una fase de negociación: que nos pida un descuento, servicios adicionales, garantías….
Nunca dejaremos ir a un cliente potencial sin antes negociar ¿verdad?
Pues lo mismo podemos hacer con los proveedores.. si hecha una oferta hay parámetros que no corresponden a nuestras necesidades podemos negociar: precios, servicios adicionales, tiempos… es la razón por la cual se piden ofertas… o queremos limitar nuestro trabajo y profesionalidad a la solución más simple: “¿escojo la propuesta más barata?”…..

Decir NO: llegamos a un momento que puede ser difícil para muchas personas y es el de decir “NO, gracias no me interesa”.…. Hay muchas personas a las cuales cuesta decir no, por diferentes motivos: miedo a ofender, por no querer dar explicaciones, por economía de tiempo… pero ¿es una actitud profesional no responder?…
¿Tenemos tiempo para responder con excusas que nada más generaran llamadas o mensajes que no nos llevarán a ninguna parte?…
Yo creo que no tenemos tiempo: ni como empresa ni como proveedor.
Pongámonos en el lugar del proveedor: tiene objetivos anuales que alcanzar.
¿Cómo gestiona esto si no sabe si una oferta que ha realizado se concretizará o no?
¿Porqué hacerle perder tiempo diciéndole que nos contacte nuevamente si sabemos ya que la respuesta será negativa?
¿No es más profesional y constructivo ser transparentes y permitir a la persona que se concentre en clientes que realmente lo ayudaran a alcanzar sus resultados?
Esta actitud es simplemente ponerse en el lugar del otro, en este caso, el otro es el proveedor… y esto se llama generar empatía.

Si los libros, los expertos en: ventas, negociación y gestión de personas, nos dicen que tenemos que generar empatía para alcanzar nuestras metas – cosa que ya hacemos con nuestros clientes –  ¿porqué no hacerlo también con los proveedores?
¿No sería además una manera para conseguir aún más de ellos?
¿No sería el camino para construir relaciones duraderas, estimulantes y profesionales con personas y empresas que de alguna manera nos permiten alcanzar nuestros objetivos?
¿No es exactamente lo mismo que queremos construir con nuestros clientes?

Entonces …. ¿podemos decir que un proveedor puede ser considerado como un cliente? 🙂

Artículo publicado en America Retail el 20/06/2014

Rayuela: un juego para niños, una novela de Julio Cortázar, una librería mágica.

La rayuela 3Hoy tengo una cita con Mónica, en la librería Rayuela.
Es un lugar que conocí hace varios meses y que me gustó mucho por la energía que sentí ahí y por cómo me acogieron como cliente.

Es por esto que pedí a Mónica, la propietaria, si podía contarme su experiencia de “tendera” y de como había conseguido crear este lugar.

 

Cuando llegué me saludó, estaba ocupada en ese momento pero una de las personas de su equipo tomó en mano la situación y me acompañó a la zona donde se encuentra la cafetería. Me ofreció un café y mientras esperaba me puse a hojear algunos de los libros que estaban expuestos en esta zona.

A los pocos minutos, Mónica llegó y me presentó a su hermana y socia. Con gran naturalidad comenzamos a hablar de otros temas, olvidándonos prácticamente del motivo inicial de nuestra cita. 🙂
Finalmente decidimos acomodarnos en otro ángulo de la librería, cerca de la entrada donde hay un sofá que te hace sentir como si estuvieras en la sala de tu casa y comenzamos nuestro viaje en el tiempo.

BN: ¿Cómo fue que decidiste abrir una librería?
MV: Al principio, vender un libro a lectores que vinieran expresamente a mi local no era mi objetivo. Yo trabajaba ya con libros pero para una editorial.

Con su manera de hablar, rica de detalles, no me costó mucho imaginar como fue el inicio: una pequeña oficina por la Plaza de Toros con una mesita simple, dos sillas viejas, una máquina de escribir eléctrica de esas enormes y con el teléfono asentado en una canasta de plástico volteada para que sirviera de mesita de apoyo.
Desde ahí se gestionaban los pedidos de libros para las librerías.

Un día debían entregar unos 20 libros a un Club de Lectura y Mónica al verificar el pedido, se dio cuenta de que faltaban siete.
¿Qué pasó?” preguntó a sus dos colaboradores y la respuesta fue que algunas personas que habían pasado por ahí habían visto los libros, les gustó y los compraron.
En ese momento pensó que se podían vender libros a las personas que venían a su oficina y es así que decidió armar una pequeña exhibición no sólo con libros de filosofía y política pero incluyendo también novelas y literatura infantil.
Lo que hizo después fue modificar la decoración y la disposición en esta oficina basándose en el Feng Shui. El lugar se transformó, se volvió más bonito y acogedor.

Cuando llegaban los clientes ella salía de la bodega donde trabajaba y atendía a las personas.
Rápidamente notó que le gustaban dos cosas: el contacto cotidiano con las personas y que cada una de ellas saliera feliz porque había encontrado un libro.
La actividad fue creciendo y al poco tiempo surgió la necesidad de poner un letrero para que se identificara el lugar y fue así que la tienda nació y se llamó Servicios Libreros.

Cuatro años más tarde, se mudaron a un lugar más central.
Mónica, que para ese entonces se asoció con otra persona, alquiló un lugar cerca de la Plaza Argentina.
Tenía todo planificado, había tomado acuerdos con la propietaria para realizar algunas modificaciones.
Con lo que no había contado era con su vecina: una señora de 125 mil años que cambiaba los candados, dificultaba el ingreso de los clientes y que no le dejó utilizar el jardín de la entrada para poder arreglarlo y tener un acceso directo desde la calle.
Fueron dos años duros en los que una vez más Mónica tuvo que utilizar su creatividad e ingenio para seguir adelante con su proyecto.

Su creatividad también le sirvió para organizar a su equipo.. en esa época eran 12 personas y el lugar era pequeño, había que optimizar la utilización de los espacios comunes.
¿Un ejemplo? El único baño disponible. Todo estaba pensado y organizado para que esté siempre perfecto.
Y aquí Monica comparte con nosotros una perla de sabiduría: “el baño es lo que tú quieres que sea tu empresa”.

Pronto quiso cambiarse de lugar pero aprendiendo la lección, lo que quería era comprar un local para poder invertir y transformarlo exactamente en lo que ella imaginaba ¡un sitio súper acogedor!
La búsqueda fue larga porque los recurso económicos para poder realizar esta compra eran limitados.
Fue durante un almuerzo familiar en su casa que surgió la ideal genial!!!!
Su sobrino arquitecto le propuso utilizar la planta baja de la casa donde estaban… Y así fue, la planta baja se transformó…. se botaron muros, se pusieron repisas y así comenzó: un lugar lleno de libros pero al mismo tiempo vacío comparado con lo que es al día de hoy.
¿La diferencia? Hoy día este lugar ya no tiene sólo libros tiene su historia, esa historia que se va construyendo poco a poco con el tiempo.

Su familia ha jugado un papel especial en esta transformación… su sobrino y una de sus hijas se dedicaron más a la parte comunicación y marketing y fueron ellos los que propusieron el cambio de nombre de la librería: Servicios libreros no era lo ideal.
Las sugerencias y las ideas fueron varias hasta que por fin se llegó al color que identificaría al punto de venta: el verde y al nombre: Rayuela.
¿Por qué Rayuela?  Porque la historia de la librería era como un juego, un juego de creatividad para seguir avanzando.
Trabajar con la familia no es siempre fácil y al preguntarle cómo gestionaba esto llegó otra perla: trabajábamos juntos, con respeto mutuo por lo que cada uno de nosotros sabe hacer bien.

BN: ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
MV:  Hacer los pedidos de los libros y atender al cliente.
Los pedidos porque gracias a la tecnología se puede seleccionar mucho mejor. 
Antes habían catálogos con el título, el nombre del autor y el número de páginas. 
Hoy, puedo consultar el contenido del libro, lo que me permite aprender más y escoger mejor.
Además me puedo informar mejor sobre los libros y autores que me piden los clientes y de esta manera introducir autores y libros nuevos que quizás no hubiera descubierto si no hubiera hablado con mis clientes.

Aquí vuelve a aparecer el apoyo de la familia: su segunda hija es una especialista en libros y le encanta buscar e informarse sobre este tema.
Claro, esto implica estar en contacto con varios proveedores.
¿Y la relación con ellos?  “Tengo una excelente relación con mis proveedores, es una relación que se basa  en la consideración y en el respeto. He conseguido hacerme un lugar a pesar de ser un cliente pequeño respecto a las cadenas presentes en le mercado.

Y el éxito de estas relaciones las basa en la confianza mutua y en el valor de la palabra dada, del compromiso….. Y con esto agregamos otra perla. 🙂

Casi inmediatamente podremos sumar una más, porque mientras describía su relación con los proveedores, lo que mencionó fue que cuando surgía algún problema lo contaba y lo anticipaba a sus proveedores de esta manera se podía encontrar una solución conjunta.

Cuando comenzó a explicarme porque le gustaba atender a los clientes, lo primero que me dijo es que cada vez que hablaba con un cliente aprendía algo nuevo. Pero esto no es todo. Atender a un cliente es descubrir una persona diferente cada vez, porque cada uno tiene su sensibilidad, su inteligencia y su proprio gusto por los libros.

“Por este motivo hay que hablar con los clientes, preguntarles que tipo de libros leen para poder proponer un título que les pueda gustar.” Podemos añadir una perla más…
“Mi objetivo es que cada cliente salga con un libro y con la sensación de haber pasado un momento agradable.
Pero no hacer que salga con cualquier libro… mi filosofía no es “vender el oro y el moro” lo que yo busco son clientes fieles, mejor que compren poco pero que regresen frecuentemente.”

Mónica, evidencia otro aspecto de la relación con el cliente: la ética (¡otra perla!)
“El cliente es un ser humano, cuando entra para comprar un libro nos volvemos cómplices de sus sentimientos. La librería es un espacio donde el cliente se abre, cuenta sus cosas, quizás pida un libro para resolver un problema delicado o quizás sobre un tema tabú al cual tiene que confrontarse.
También hay que saber decir a un cliente: este libro no te lo recomiendo por este y este motivo. En ese momento ganamos la confianza del cliente, dejamos de ser vendedores para convertirnos en consejeros.”

BN: ¿Y el surtido? Con la cantidad de libros que existen es imposible tener todo. ¿Cómo gestionas esto?
MV: Yo hago el surtido en función de lo que me piden mis clientes, si quieren un libro específico lo voy a buscar y lo voy  a pedir.. quizás se demore un poco porque si hay que hacerlo llegar del extranjero haré lo posible para disminuir los costos del transporte.

Para completar la selección de libros debes estar informado sobre las tendencias, lo que pasa en el mundo entero en todos los ámbitos.

Hay otra cosa importante el surtido y la disposición de los libros en la librería. Lo que hay que conseguir es que cuando un cliente busca algo sobre un tema específico, los libros que están al lado le puedan “coquetear” es decir que puedan ser temas complementarios.

BN: ¿Y qué pasa con el aumento de las ventas por Internet?
MV: Sí, hay clientes que compran por internet pero también hay clientes que prefieren venir a la librería por la atención que recibenY esta respuesta es otra perla.

Me explicó que haciendo que el lugar sea agradable y ofreciendo un buen servicio lo que consiguió fue que cada cliente se apropiara del lugar, que lo sintiera suyo y que disfrutara de un momento y de un lugar agradables.

Es por este motivo que se realizan constantemente actividades culturales: charlas, lectura de poesía, presentaciones… para ofrecer algo más.

BN: ¿Proyectos para el futuro?
MV: Desarrollar más actividades para que la gente venga a compartir una experiencia nueva. 

¡Qué felices serían los clientes y los vendedores si en todos los almacenes se aplicaran estas perlas que Mónica nos transmitió!

Espero que esta historia de tienda pueda servir de fuente de inspiración a grandes y pequeños “tenderos”.

A mí, no me queda otra cosa que agradecer a Mónica por su tiempo y por el placer de hablar con ella cada vez que la vengo a visitar. 🙂

Si quieres descubrir tú mismo este lugar acércate a Librería Rayuela que se encuentra en la calle Germán Alemán E12-62 y Juan Ramírez – Quito.

¡Nosotros creamos la Experiencia Cliente!

Experiencia cliente new retail experienceEs el tema del seminario que realizamos a principios de octubre con 15 guías turísticos aquí en Quito, en concomitancia con el día internacional de la Experiencia Cliente.
Los objetivos eran varios:
      – Compartir y enriquecerse gracias a la experiencia de todos
      – Identificar momentos para crear Experiencia Cliente
      – Identificar acciones para crear Experiencia Cliente.

La presencia fue el primer elemento motivador: 100% de los inscritos asistieron a pesar de no tener ninguna obligación!! 🙂

El tiempo dedicado fue el segundo indicador positivo: el nivel de interés y de participación fue tal que las horas volaron y nos alargamos un poquito más!!!

Los planes de acción elaborados por los participantes son los próximos pasos para conseguir una mejor experiencia cliente…

Y que el auditorio pidiera el “BIS”…. será la ocasión para profundizar y compartir las mejores prácticas…

Yo, me quedo con lo que aprendí sobre el mundo del turismo… (fue como estar en un backstage) y con el entusiasmo que demostraron todos los participantes. 🙂

¡Fue una excelente experiencia!
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